miércoles, 22 de abril de 2009

Amor de Lejos o Melancolía

Señor Mulo:


Sea quizás un tanto absurdo seguir escribiéndote precisamente a ti.

Pero bueno, si hubo algo que aprendí de claudio es que la vida puede ser a veces un tanto absurda.


La melancolía me hace naúfraga en un cementerio de barcos hundidos.


No existe nadie en este mundo hoy, que me conozca verdaderamente. Y por eso me siento sola. Y triste.

Se que tu tampoco me conoces pero al menos tengo la certeza de que sabes lo se siente. Supongo que a ti tampoco nadie ha logrado conocerte. Y por eso quizás, te busque precisamente a ti en estos momentos.

Tu sabes del dolor ese en el pecho. Se que quizás leas mis cartas en tono defensivo. Pero no te preocupes nadie sabe que te escribo.



Corazón que se esconde, corazón que esta donde,

Corazón,

Corazón en fuga,

Herido de dudas de amor.

-Silvio Rodríguez.



Mi vida ha cambiado mucho. Ya no soy la misma de antes. Tengo 18 años de cansarme de jugar a ser grande. Tengo 18 años de lágrimas acumulados en los ojos. Y una decena de amores que no han visto el sol.


Los días aquí han sido difíciles. Ha sido difícil no morir.


Por estos días me preparo para enfrentar un largo viaje. Decidí irme de mi casa. Descubrí que necesito encontrarme a mi misma. Necesito buscar la libertad. Necesito madurar. Necesito dejar de sufrir tanto. Necesito dejar de esperar cosas de la vida. Necesito dejar de esperar a que venga alguien a cambiarme las cosas. Necesito ser yo. Por primera vez. Sin dolor y sin culpa. Ser yo sin angustia.


Hoy comprendí que nunca he amado.

Hoy comprendí que la revolución da un sentido a todo esto, pero no me ayuda a sentirme menos sola. No me espera en esta casa vacía cuando llego.

La revolución da sentido a todo esto pero finalmente no alcanza a cubrir estos eternos días de soledad.


Dí amigo verdadero ¿Qué hacer? ¿Cómo encontrar una respuesta que me deje dormir?

Dí amigo verdadero ¿Qué hacer con la falta de amor y con la soledad?

Dí amigo verdadero ¿Cómo puedo vivir verdaderamente, como puedo ser yo, como puedo sacarme de encima el miedo, como puedo sacar este peso mayor que mis fuerzas, como puedo ser libre sin culpa?


No quiero mentirme para ser feliz. No quiero conformarme nunca.

¿O será acaso, que la angustia es el precio de ser uno mismo?


No me mientas más.

No me digas que me quieres otra vez,

Sólo mírame a los ojos limpios antes de dormir

y procura besarme despacio antes de partir en tu última mañana.


viernes, 13 de marzo de 2009

Un Mismo Rock n` Roll


Di un grito y nadie lo escuchó
Pensé que todos se habían vuelto sordos
Y después de muchos gritos de agonía,

descubrí que era yo
Quien se había quedado sin voz.

Llego la fiesta de los besos
-la ciudad entera celebraba-
Y yo estaba caminando por los suburbios
Del barrio de siempre.

La gente pasaba y cuando caí al abismo
Y nadie me vio
Pensé que me había vuelto invisible.

Después de todo
Estoy fuera del mundo
Tendida en mi cama con la luz apagada
Llorando en mi rock n’ roll.

Después de todo no me queda nadie
A quien contarle que estoy triste,
Que esta noche no puedo dormir.

Hasta las cucarachas que caminan por el techo
Van de a dos
Y yo aquí esperando que llegue alguien
a arreglar el caos de mi mente.

Era la fiesta de los besos
Y yo sin nadie a quien decirle
Que quiero dejar de pensar.

Los egoístas apagaron las luces
Y ahora en medio de la oscuridad
Escucho una voz que me habla al oído
Y que me dice
Que olvido todo y que lo sigo al infierno
Porque allá por lo menos
Los muertos se acompañan en su dolor.

Me invita a bailar un réquiem
Mientras la luna amarilla desaparece
Entre las nubes de lluvia.

En las calles quedan los residuos
De esta fiesta cruel
Donde los que caminan solos no están invitados.

De pronto llega él, el mismo de siempre
Llorando por aquella que lo abandono hace años.
Me abraza y lloramos juntos.
Cada uno hundido en su dolor.
En el sabor amargo de estar fuera de todo.

Ahora somos dos, llorando juntos,
Pudriéndose juntos
En un mismo rock n’ roll.

jueves, 29 de enero de 2009

(En)Claustro


La cárcel no esta hecha de barrotes

Está, simplemente
Constituida de pequeños fragmentos de tiempo

Las horas en la cárcel
Pareciesen no terminar nunca
Cada una emerge de la noche
Salvaje, aguda, siniestra.

La cárcel nace en cada teorema social
Todos estamos en ella
Todos tenemos un teorema social.

Hoy nos dictan sentencia
Hoy estamos todos condenados
- al presidio de los hombres-
Porque nosotros somos hombres.

Simples, diminutos,
Amarrados a pequeños traumas
Sometidos ante todo,
A la fatalidad de las circunstancias
Al odio, al rencor.

Hombres, pequeños hombres
Entregados a la muerte
Al presidio
A la condena.

martes, 27 de enero de 2009

Señor Absurdo:

En la soledad
Una voz,
Grita con locura amarga
Cada letra de tu nombre breve.

Tumbada en el piso
Con los ojos cerrados,
Veo los tuyos que lloraban sangre
Infinitamente secos,
Profundos,
Profanos;
Extranjeros.

¡Cuantas noches de silencio!
Has llevado a mis sueños secos
A recordar tus palabras distantes
Frías y amargas.

Tu silencio constante e inexplicable
Ha destruido cada gota de mi sangre;
De la misma sangre que hoy,
-tumbada en el piso-
Brota de mi cuerpo cansado y congelado.

Los años son muchos y cuestan caro
Comienza la cuenta invariable
Del 15 al 23
Del 16 al 24
Pasan, pasan, pasan,
Me ahoga la cuenta regresiva del invierno oscuro.

Te quiero:
Sin entender porque,
O cómo
O desde cuando.
Te quiero simplemente limitándome a sentir:
Aunque duela
Aunque sufra
Aunque hoy llore por tu ausencia.

Con el día nocturno entre los dedos
Me prepare para la hora final
Aquella hora sin salida
En que te irías de mi vida ahora
Y no volverías nunca más.

Ayer debió terminar nuestra historia
Ayer te fuiste con las manos vacías
Y conmigo escondida en tus bolsillos.

Tumbada en el piso
Con el cuerpo bañado en sangre
Con los ojos cerrados
Con una voz gritando tú nombre;
Con todo esto me quedo ahora
Y con la melancolía del recuerdo amargo
De tu aliento tibio,
Que me susurraba al oído
Y que ayer me dijo por última vez…

Adiós

lunes, 26 de enero de 2009

Pequeño Himno


Sentada en un jardín de infantes
Froto mis manos para lidiar un poco
Con este frío bastardo.

Sonrío al escuchar sus locuras
Y pienso en mi suerte
Mientras hago dibujos en un vidrio empañado.

He pensado que tal vez
No sea tan necesario olvidarte
Que tal vez, sería mejor odiarte un poco menos,

O que tal vez,
Debería sonreír pensando que eres uno de estos niños
Que corren despacio y que cantan canciones
De paz y de humanidad.

Solo eso.
Un himno de amor
Para odiarte un poco menos.

viernes, 23 de enero de 2009

En Silencio



Acá estamos de nuevo…

Escuchando las mismas canciones de siempre, esas canciones que pareciesen gastarse en medio de tantas horas de repetición.

Hoy estoy triste.

La revolución da sentido a todo esto pero finalmente no alcanza a cubrir estos eternos días de soledad.

Otro año más ha llegado. Otro de esos años en que me siento pequeña, pequeña y perdida en un montón calendarios viejos.

¿Debería acaso amar estos momentos de contemplación? O, por el contrario ¿debiera avergonzarme de esta impertérrita soledad?

Ame alguna vez a un hombre igual a mí. Tenía la piel oscura y los ojos negros. Dibujaba y amaba a los gatos. Yo solo escuchaba sus palabras. Ese fue el primer desengaño.


A los 14 años comencé a llorar.

jueves, 22 de enero de 2009

(...)


Al final,

Ella termina en su pieza como la reina del rock.
Sola, añorando un amor que nos parece lejano,
Mirando al cielo nocturno del fin de este verano inmenso,

Y por supuesto…
Cantando una canción de amor