Una voz,
Grita con locura amarga
Cada letra de tu nombre breve.
Tumbada en el piso
Con los ojos cerrados,
Veo los tuyos que lloraban sangre
Infinitamente secos,
Profundos,
Profanos;
Extranjeros.
¡Cuantas noches de silencio!
Has llevado a mis sueños secos
A recordar tus palabras distantes
Frías y amargas.
Tu silencio constante e inexplicable
Ha destruido cada gota de mi sangre;
De la misma sangre que hoy,
-tumbada en el piso-
Brota de mi cuerpo cansado y congelado.
Los años son muchos y cuestan caro
Comienza la cuenta invariable
Del 15 al 23
Del 16 al 24
Pasan, pasan, pasan,
Me ahoga la cuenta regresiva del invierno oscuro.
Te quiero:
Sin entender porque,
O cómo
O desde cuando.
Te quiero simplemente limitándome a sentir:
Aunque duela
Aunque sufra
Aunque hoy llore por tu ausencia.
Con el día nocturno entre los dedos
Me prepare para la hora final
Aquella hora sin salida
En que te irías de mi vida ahora
Y no volverías nunca más.
Ayer debió terminar nuestra historia
Ayer te fuiste con las manos vacías
Y conmigo escondida en tus bolsillos.
Tumbada en el piso
Con el cuerpo bañado en sangre
Con los ojos cerrados
Con una voz gritando tú nombre;
Con todo esto me quedo ahora
Y con la melancolía del recuerdo amargo
De tu aliento tibio,
Que me susurraba al oído
Y que ayer me dijo por última vez…
Adiós
luego nos beberemos una conversacion descarada de aquellas... y nos reiremos de la poesia maldita que nos hace llorar
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